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domingo, 24 de febrero de 2013

La moda de los museos del sexo (I)

 Por: | 24 de febrero de 2013
 Fuente: elpaís.com

El sexo es todo un arte. Y hay mucho arte sobre sexo. Quizá por eso cada día proliferan más los museos con algún tipo de temática erótica o sexual. Tanto, que ya pueden encontrarse en casi cualquier parte del mundo.
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Escultura del parque Jeju Loveland de temática sexual en Corea del Sur 
El último de ellos se inauguró el pasado 14 de febrero en la ciudad de San Petersburgo (Rusia), al hilo del Día de los Enamorados. Se trata del MusEros (nombre muy acorde con nuestro blog) y además de ser uno de los más grandes del mundo -con una superficie de 900 metros cuadrados- presume de "aire interactivo y moderno". Como anuncian en su página web: “Las manos no podrán dejar de tocar muchas de sus piezas”.
Sus salas se dividen en un salón histórico y otro de cultura erótica, una sala de exposiciones y otra que llaman “moderna”, algo fuera de lo habitual, en la que anuncian "la mayor colección de máquinas dedicadas al juego de la dominación sexual en Europa", así como una sala 3D multimedia, con exhibiciones interactivas y películas eróticas en 3D, que permiten involucrarse aún más en la experiencia.
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Fotos de la Sala Moderna del MusEros. 
En realidad este no es el primer museo erótico en Rusia, pues ya existía otro en Moscú. Y ni siquiera es el primero de temática sexual en la ciudad de San Petersburgo. Kniazkin, urólogo y sexólogo, ya había abierto su propio museo erótico dentro de su clínica, para confortar a sus pacientes y ayudarles en sus dificultades sexuales, no sólo a través de la Medicina, sino también con un poco de Cultura y Educación Sexual. Entre sus piezas más destacadas guarda el supuesto y controvertido pene del mismísimo Rasputín.
El caso es que desde los años sesenta estos centros de arte erótico han ido proliferando por doquier, y parecen ser una buena fórmula para llamar la atención de los turistas. Por ser muchos, no podemos hoy nombrarlos todos. Poco a poco iremo recopilándolos. Para empezar mencionemos el Museum of Sex de Nueva York. Algunos dicen que es “algo conservador”. Para otros tiene un enfoque más académico e histórico. Pero dada su ubicación en plena Quinta Avenida se ha sabido dar a conocer desde que abrió en 2002.
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Fachada del Museum of Sex, con el Empire State al fondo
De hecho, dado su toque más sexológico, cuenta con lujos propios. Su biblioteca cuenta con una amplia colección de trabajos significativos históricamente relacionados con arte, ficción y sexología. Posee una amplia mediateca y colecciones de estampas japonesas shunga, de condones, de vibradores clásicos y las, casi igual de clásicas, “revistas para hombres”, además de distintas piezas artísticas propiamente norteamericanas.
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Mikhail Armalinsky, 1989 Watercolor on Paper via Museumofsex

Pero no sólo Occidente se ha sumado a la moda de los museos eróticos. También destacan en Asia, donde, en el sexo y en el arte, como en casi todo, nos superan en originalidad. Aunque son varios los centros asiáticos, uno de los más conocidos y controvertidos es sin duda Jeju Loveland, más enfocado al arte de la escultura que a la historia cultural de nuestra sexualidad.
Situado en la Isla de Jeju, en Corea del Sur, se trata de un parque temático en el que el visitante pasea alrededor de unas 140 esculturas sexuales expuestas al aire libre. Las obras simulan todo tipo de posturas o prácticas sexuales, tales como escenas de sexo oral, trios o figuras solitarias practicando la masturbación, todo ello con un toque realista, pero realmente bello y digno de ver. Entre las actividades para sus visitantes, obviamente todos mayores de 18 años, disponen de exhibiciones temporales de arte erótico.
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Una de las esculturas del parque Jeju Loveland vía InMagazine
Ha sido tal su éxito que en 2009 China decidió copiar la iniciativa y crear su propio "Love Land” en la ciudad de Chongqing, pero las autoridades se echaron atrás y pararon las obras por considerarlo demasiado atrevido cuando no "vulgar".
El que continua abierto para casi todos los públicos y se aleja de ese enfoque más artístico para centrarse en uno, digamos, más biológico es el Museo Falológico de Islandia, más conocido por "la faloteca islandesa". Está en la ciudad de Reykjavík y en él se puede observar no sólo un ejemplar de pene humano (cedido a la colección por un amigo íntimo del fundador del museo) sino los de más de 281 especímenes de 92 especies animales. La historia del centro tiene que ver con la obsesión no por un miembro particular sino por todos en general, y con el interés de la llamada ciencia de la falología, de la que el fundador de este museo, Sigurður Hjartarson, antiguo profesor de Historia en un instituto de Reykjavík, hizo su vida.
Aquí, científicos y curiosos encontrarán ejemplares que el propio fundador fue coleccionando de diferentes ballenas, morsas, focas, y otros mamíferos terrestres, como osos polares. Además del pene humano, como curiosidad, se incluyen las réplicas de los falos del equipo nacional de balonmano de Islandia del 2008, por eso de tener para comparar. ¿Cuál de estos museos os gustaría descubrir o cuál nos

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